Las primeras referencias circenses en Madrid anunciaban programas acrobáticos y ecuestres. Para su exhibición era necesaria una licencia real con los números que se iban a representar, que normalmente eran ejercicios gimnásticos, actuaciones de los hombres de goma, los espectáculos de pirotecnia, etc.

En 1791 se representa en la Plaza de Toros de Madrid una función de la compañía ecuestre de los franceses Benito Guerre y Pablo Colman. En 1819, Juan Rambela y Juan González Mantilla ofrecerán -en Caballero de Gracia- un espectáculo variado de volatines, perros eruditos y una máquina de fantasmagoría.  

Las primeras actuaciones circenses se representarán en teatrillos. Será en 1862 cuando un cartel anuncie una «función acrobática y aeronáutica» que tendrá lugar en la Plaza de Toros por una compañía «de quince personas, la mayor parte señoras».

Finalmente será la calle de Caballero de Gracia la que se identifique con el primer circo de Madrid. Situada entre la calle Montera y la confluencia de Gran Vía y Alcalá, esta calle era conocida como lugar de divertimento en la ciudad. No podía tener mejor localización un circo.

Fue allí, frente a la Fonda de la Cruz de Malta, donde Paul Laribeau estableció en 1827 su circo ecuestre. Los primeros años fueron difíciles económicamente. Sólo tres años después pasó a manos de Augusto Reynaud que mantuvo el nombre de Circo Olímpico. 

Una de las primeras figuras de este circo fue Monsieur Avrillon, un artista francés que hizo famosa su jaca Mosca. El primer Circo Olímpico se convertiría más tarde en el Teatro del Circo situado en la plaza del Rey. Pero de éste ya hablaremos otro día.

Más información en «Historias del Circo Price y otros circos de Madrid» de Raúl Eguizábal.

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