No sabemos a ciencia cierta qué clase de vehículos fueron los primeros que rodaron por Madrid. Una pequeña paradoja considerando el alto tráfico que soportan en la actualidad sus vías. ¿Serían acaso los carros de los conquistadores romanos? ¿Serían los dominadores que venían del otro lado del Estrecho? No es probable, porque un pueblo como el árabe que ha creado sus costumbres en la arena del desierto, son imposibles las ruedas.
No da por imaginar en las carretas de bueyes que, transportando madera, piedras o carbón se acercaban hasta la Villa, teniendo un papel principal en las barricadas de los comuneros que se aprestaron a la defensa y se utilizaron para formar parapetos. Por ejemplo, la Calle Carretas recibe el nombre por este histórico hecho.
Hay quien señala que el primer coche que rodó por Madrid fue el de la reina Doña Juana, esposa de Felipe i. Fernández Oviedo asegura que la princesa Margarita fue la que los trajo de Flandes. No obstante, aquel modelo fue pronto desechado ya que sólo eran útiles en terrenos llanos, algo de lo que carecía Madrid entonces.
Quedaron entonces las andas o literas en las que el príncipe Don Juan, siendo niño, era llevado por su ama entre dos mulas o caballos. En la Armería se conserva la literal de campaña en la que Carlos V era transportado cada vez que sufría un ataque de gota. También viajaban en buenas condiciones los usuarios de las sillas de mano que, conducidas por hombres, no servían para largas distancias pero sí que prestaban numerosos servicios por las calles de Madrid.
En 1638 el rey se desplazó hasta la Basílica de Atocha a dar gracias por la liberación de Fuenterrabía en una carroza de ámbar bordada en oro, tirada por seis elegantes caballos blancos con manchas negras. En 1642 se construyó en Madrid un coche guarnecido de carmesí, bordado en plata dorada y con numerosos detalles en plata maciza. Costó más de 20.000 ducados. En 1814 había un taller llamado Real Fábrica de Coches de Sus Majestades.
Extracto del libro ‘Rincones del Viejo Madrid’ del que ya podéis adquirir su segunda edición.
