Todavía en Madrid hay muchas corralas que permanecen casi igual en el tiempo, aunque ha mejorado ostensiblemente la calidad de vida de sus vecinos. Ya no viven hacinados y la mayoría de las viviendas han incorporado un cuarto de baño, que antes era comunitario.

La corrala más antigua de Madrid podría ser la casa del duque del Infantado, situada en la calle de la Redondilla 13 (lo que hoy es una institución educativa). Fue un encargo del duque al arquitecto Teodoro Ardemans que la realizó en 1711 convirtiéndose en un ejemplo característico de la arquitectura residencial madrileña de principios del S. XVIII.

La siguiente máscorrala de la calle del Rollo antigua es la de la calle del Rollo esquina a la calle del Conde, ya que data de 1725. Sus antiguos y estrechos corredores han sido reconstruidos y aún mantiene el pozo original. Otras corralas contemporáneas se encuentran en la cercana Cava Baja. Nos referimos a la Posada del León de Oro y al Mesón del Segoviano, ambas de 1740.

Dos años después se construyó la antigua casa de postas del duque de Santisteban, en el Petril de Santisteban, 1. Esta casa fue construida por  Gabriel González, tenía un corredor y una fachada barroca muy característica. En 1959 fue convertida en viviendas.

Más información en El Madrid olvidado, de Carlos Osorio.

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