El paseo del Prado se halla entre la plaza de Cibeles y la plaza del Emperador Carlos V. Inicialmente el entorno del paseo actual era una vaguada por donde pasaba el arroyo del Prado. El tramo central del paseo comprendido entre Neptuno y Cibeles era, hasta el siglo XVIII, una frondosa alameda con fuentes que limitaba en la acera de los pares con diversas huertas de la ciudad y, en el lado de los impares, con el barranco del citado arroyo que venía descubierto y donde lavaban la ropa las lavanderas. Era un lugar apartado por donde le gustaba pasear a Felipe II.

No tan idílica era la zona a juicio de Richard Ford que, en su Manual para viajeros por Castilla y lectores en casa, se refería a él en tiempos de Felipe IV como una “hondonada boscosa famosa por sus asesinatos y por las intrigas, tanto políticas como amatorias, que tenían lugar en él”. En 1638, se escaparon varios toros que eran conducidos a la plaza de toros, corriendo por todo Madrid. Uno de ellos mató a una mujer que estaba lavando ropa, precisamente en el arroyo.

Ante la necesidad de un espacio público amplio, imposible de encontrar dentro de la ciudad, Carlos III “el mejor alcalde de Madrid”, propuso adecentar esta zona convirtiéndola en un auténtico salón para el paseo a la sombra de sus árboles. Así, el conde de Aranda por deseo del rey, impulsó la construcción de un salón cerrado con forma de hipódromo y con tres fuentes, una  cada extremo (Cibeles y Neptuno) y una central (Apolo). El antiguo Prado de los Jerónimos, por la iglesia de igual nombre, se transformaría en el Salón del Prado.

En 1775, según el diseño y la dirección de José de Hermosilla, comenzaron las obras de nivelación del terreno y encauzamiento del arroyo, que pasaba por la acera de los impares a través de una mina. Ventura Rodríguez diseñó las fuentes de Cibeles y Neptuno. Además incluyó una fuente, la de la Alcachofa (hoy situada en el Parque del Retiro), en la desembocadura del paseo con la plaza del Emperador Carlos V, así como las cuatro fuentecillas frente al museo del Prado. La Fuente de la Alcachofa situada en la glorieta de Atocha es una copia, se colocó en 1986 cuando se desmontó el escalextric que pasaba por encima de la plaza.

Texto extraído de nuestro libro Madrid Curioso.

Salón del Prado

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