Donde hoy se levanta el moderno Mercado de San Antón había, en el siglo XIX, un mercado de cajones de madera al aire libre denominado con el mismo nombre. El origen de su nombre responde a la cercanía con la Iglesia de dicho santo que, cada 17 de enero, celebra su onomástica bendiciendo a todo tipo de animales.
Según la prensa del momento aquel prematuro Mercado de San Antón funcionó durante toda la Guerra Civil. El primer edificio fue un proyecto del arquitecto Carlos de la Torre y Costa, se construyó bajo el mandato del consistorio madrileño y quedó inaugurado en 1945.
Durante el S. XX aquel mercado pasó por distintas etapas, influenciadas por la evolución del propio barrio y de los hábitos de consumo de los madrileños. No será hasta principios del S. XXI cuando la Asociación de Comerciantes del Mercado de San Antón decida su renovación para adaptarse a los nuevos tiempos.
En 2007 se derribó el antiguo edificio y se dio paso a la construcción del nuevo. El objetivo era conseguir un modelo mixto: puestos y establecimientos de venta al público, al tiempo que se dedicaban espacios para la restauración, bares con terrazas e incluso salas de exposiciones. En 2011 abrió sus puertas y desde entonces son muchos los madrileños que optan por este lugar para paladear pequeños bocados de nuestra gastronomía.
Más información en Chueca, de J. Nicolás Ferrando y Rocío Córdoba Pérez.