Fue a comienzos del siglo pasado cuando se empezó a instalar en la Plaza Mayor el popular mercadillo navideño. Existía una regulación específica para la ubicación de los puestos en función de la especie que se vendiera.

En la Plaza de Santa Cruz se instalaban los objetos navideños como zambombas, belenes o juguetes para niños, mientras que en la Plaza Mayor se situaban los vendedores de pavos, los turrones traídos de Alicante y los dulces procedentes de Toledo.

La llegada de forasteros y vendedores hacía necesaria una regulación para que todo se desarrollara con normalidad. Así, exponemos literalmente la regulación del mercadillo de Navidad de 1911:

«En previsión de la gran afluencia de vendedores y compradores al tradicional mercadillo que se verifica anualmente durante las fiestas navideñas en las proximidades de la Plaza Mayor y para hacer conservar en lo posible el orden se establecen las siguientes reglas:

1ª Desde el 18 de diciembre hasta el 6 de enero se permite establecer puestos de dulces, frutas, instrumentos músicos y figuras de barro en la Plaza Mayor y de Santa Cruz, (con exclusión de la plaza de la Provincia) y en las calles de Ciudad Rodrigo y Zaragoza, advirtiendo que los que se coloquen en el primer punto, habrán de situarse precisamente fuera de los intercolumnios de los soportales, junto a la acera y alrededor del jardín, dejando expedito el paso para el público.

2ª Los vendedores solicitarán verbalmente su licencia en las Tenencias de Alcaldía de sus respectivos distritos que les serán facilitadas previo abono de los derechos que establece la tarifa siguiente:
Por cada metro cuadrado o fracción en la Plaza Mayor, calle de Ciudad Rodrigo, Zaragoza y Plaza de Santa Cruz… 5 pts. las manadas de pavos en Puerta Cerrada y la Glorieta de Bilbao… 6 pts. Los industriales que en esta época exhiban al frente de sus tiendas los géneros o artículos que expedan…10 pts.

Los pavos y demás aves que se introduzcan en la capital serán reconocidos por los peritos revisores del cuerpo de veterinarios. Cada manada de aves no podrá exceder del número 40, prohibiéndose la circulación de dichas aves en cuanto no sea indispensable para su tránsito directo desde las estaciones hasta el lugar de ventas».

Más información en «Fiestas tradicionales madrileñas» de Reyes G. Valcárcel y Ana Mª Écija.

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